Y así, tan de pronto se fue.
Como un golpe que jamás ha de advertirse,
como una victoria inesperada.
Su fue, sin mas, como todos hemos de irnos,
como todos, como cualquiera, como nadie se fue.
Lo bueno es que nos dejo un país mas justo,
aunque algunas miradas carezcan de un par de luces,
esas que esclarecen todo, un poco más.
Lo bueno es que fue palabra y hecho.
Lo bueno es que no fue palabra y no hecho.
Lo bueno es que lucho, como todos queremos, como todos decimos,
como no todos hacemos.
Lo bueno es que nos unió con países, hermanos.
Lo malo es que tuvo errores.
Lo bueno (o malo) es que los errores pertenecen a la Humanidad (toda).
Lo bueno es que nos independizo de países que ni hermanos, ni parientes.
Lo bueno es que cumplió, y lo malo…
Lo malo es que no lo vimos a tiempo, muchos.
Lo malo es que esos dragones, esos gigantes, esos molinos,
conspiraron, y qué bien lo hicieron, de qué modo infame lo hicieron.
Lo malo es que, herederos de políticas, de políticos, de modelos, de formas,
de estrategias, de creer y resultar heridos, de ilusionarnos y resultar heridos, de alentar y apoyar y resultar heridos,
no lo vimos, no lo creímos, no lo alentamos, no lo apoyamos a tiempo, siempre impuntuales nosotros, argentinos.
Lo malo es que todavía queda un largo camino.
Lo bueno es que creemos que estamos preparados, que ¡Nunca Más! es consigna, regla, ley.
Lo malo es que perdimos un grande.
Lo malo es que lo reconocimos un poco tarde (algunos).
Lo bueno es que hoy lo vemos, lo reconocemos, lo entendemos (muchos sí, muchos no).
Lo bueno es que avanzamos.
Lo bueno es que poco a poco esos monstruos mitológicos van perdiendo fuerza.
Lo malo es que todavía hay quienes creen en ellos totalmente,
que es donde radica el error.
Lo bueno es que se escuchan voces audibles con consignas claras :
”¡A seguir luchando!”, “¡No retrocedamos ni un paso!” “¡Fuerza, lucha!”..
Lo malo es que voces viles, abyectas cuyas consignas,
disfrazadas de palabras de lamentos y condolencias,
aguardan ahí en las sombras, listas para soltar sus manos sobre el ínfimo pedazo de poder que les toque.
Lo bueno es que hay una parte de nuestro querido pueblo, que esta presente, que milita, que toma las banderas y quiere llevarlas a destino.
Lo bueno es que volvió la política, el debate.
Lo bueno es que se puede y que se debe.
Lo malo es que va a costar mucho.
Lo bueno es que todo lo que cuesta, vale la pena, vale el esfuerzo.
Lo bueno es que no estamos solos.
Lo malo es que granizo, llovió muchísimo, como una postal de lo que pasaba en nuestro pueblo.
Lo bueno es que no es lluvia… Son lágrimas.
Lo malo es que no es lluvia… Son lágrimas.